PERSONAJES ILUSTRES
Y LEYENDAS.
El estado ha contribuido con hombres en los grandes movimientos nacionales que han forjado nuestra patria. En la guerra de Independencia participaron don Mariano Jiménez, Nicolás Zapata y fray Juan de Villerías, entre otros. En el movimiento liberal destaca don Ponciano Arriaga. El movimiento revolucionario de 1910, tuvo inminentes precursores en Juan Sarabia, don Filomeno Mata y el ingeniero Camilo Arriaga. En la acción revolucionaria destaca el licenciado Pedro Antonio de los Santos, los hermanos Carrera Torres, el licenciado Antonio Díaz Soto y Gama los hermanos Cedillo.
En el campo de la cultura y de las letras han destacados potosinos como: Manuel José Othon, Francisco González Bocanegra, don Julián Carrillo, don Jesús Silva Herzog y don Antonio Castro Leal, entre muchos más.
José Mariano Jiménez (1781-1811)
Insurgente. Nació en la ciudad de San Luis Potosí. Ingeniero de minas por El Colegio de Ingeniería de la ciudad de México. Al estar ejerciendo su profesión en Guanajuato en el año de 1810 se unió a los independentistas. Con grado de Coronel del ejército insurgente fue actor importante en la batalla relativa del Monte de las Cruces. Viajó a la ciudad de México para invitar al Virrey a dialogar, obtuvo la negativa y por ello fue detenido en Chapultepec. Sin embargo al estar en libertad volvió con los insurgentes e Hidalgo le otorgó el grado de Comandante que conduciría la rebelión en las provincias internas de oriente. Se reunió en Saltillo marchando con los líderes hacia el norte, fue hecho prisionero con Hidalgo y fusilado en Chihuahua. Su cabeza permaneció en una de las esquinas de la alhóndiga de Granaditas de Guanajuato hasta 1821.
Nicolás Zapata (1770-1811)
Insurgente. Nació en el Mineral de Catorce, S.L.P. del cual fue Alcalde. En 1806 fue Mayordomo de la Alhóndiga de San Luis Potosí. En esta ciudad fue descubierto por Félix María Calleja como conspirador contra el gobierno español, por ello fue encarcelado, aunque desde prisión siguió trabajando por la causa insurgente. Fue liberado por Mariano Jiménez quien lo reincorporó a la lucha como Mariscal de Campo de la campaña insurgente en las provincias de oriente. Junto con los jefes insurgentes fue capturado en Acatita de Baján, siendo trasladado a Chihuahua donde fue fusilado.
Juan de Villerías (¿1775?-1811)
Fraile de la orden de San Juan de Dios. Insurgente. En 1810 se levantó en armas en la ciudad de San Luis Potosí, se incorporó a la insurrección la noche del 10 de noviembre, cuando la ciudad de San Luis Potosí fue ocupada por los insurgentes. Villerías marchó con 50 hombres rumbo a Guadalajara, donde se unió a las fuerzas de Allende y participó en la batalla de Puente de Calderón; después de la derrota se dirigió al norte, donde se unió a Jiménez. Escapó de ser aprehendido en Acatita de Baján uniéndose luego a las tropas de López Rayón en el sur. En Nuevo Santander (hoy Tamaulipas) buscó a su compañero Juan Herrera, con poco éxito, pues éste había sido fusilado. En Matehuala Villerías sostuvo su última batalla como insurgente, pues fue ultimado en combate.
Francisco Lanzagorta (1791-1811)
Nativo de Real de Catorce, era teniente de Dragones de San Miguel cuando se unió a los insurgentes en las juntas de Querétaro por recomendación de Ignacio Allende. Participó en la insurrección de la ciudad de San Luis Potosí junto con Herrera. Cuando Iriarte ocupó la plaza le concedió el grado de Coronel y le ordenó saquear las haciendas de Pozo y de Solís, propiedad de los carmelitas. Se unió a las fuerzas de Jiménez en Matehuala, por lo que fue aprehendido y fusilado con los demás insurgentes el 11 de mayo en la ciudad de Chihuahua.
Ponciano Arriaga (1811-1863)
Nació en San Luis Potosí, S,L.P. Abogado, destacado federalista por lo que fue desterrado varias veces del país. Fue acérrimo rival de la invasión estadounidense al grado de estar en desacuerdo con los tratados de paz que en 1848 se firmaron con ese país dadas las condiciones de desventaja para el nuestro. Durante el mandato de Mariano Arista fue su colaborador como ministro de Justicia, también de Negocios Eclesiásticos y de Instrucción Pública. Santa Anna los desterró del país en su última dictadura dadas sus ideas liberales, sin embargo al triunfo de la Revolución de Ayutla regresó al país. Presidió el Congreso Constituyente en 1856 y fue diputado por los distritos de San Luis Potosí, Guerrero, Jalisco, México, Michoacán, Puebla, Zacatecas y Distrito Federal. Redactó –junto con otros destacados liberales- el proyecto de constitución de 1857. Por su participación en el Congreso, se le llamó el Padre de la Constitución. Fue Gobernador interino de Aguascalientes en 1862 y Gobernador del Distrito Federal en 1863.
Camilo Arriaga (1862-1945)
Ingeniero Civil. Político. Defensor de las Leyes de Reforma. En 1847 fue diputado local y diputado federal de 1890 a 1898. Fundó el Club Liberal “Ponciano Arriaga” en el año de 1900 conjuntamente con Antonio Díaz Soto y Gama y José María Facha. De este club, conjuntamente con otros clubes del país, nació el Partido Liberal Constitucionalista en el año de 1901. Se autodeclaró totalmente antireeleccionista lo que le acarreó el encarcelamiento por parte de Porfirio Díaz. Al triunfo de Madero (a quien apoyaba) declinó un puesto que le fue ofrecido en el gobierno. Fue destacada su labor en organizaciones antifascistas a poyando a España y a la Unión Soviética. Destacó también por su labor periodística en el Distrito Federal lugar en el que murió.
Juan Sarabia (1882-1920)
Abogado. Opositor desde su adolescencia al gobierno de Porfirio Díaz. Político tenaz e incansable diseñador de ideas liberales. Fue fundador y director de varios periódicos en México y en Estados Unidos entre los que destacan El Demócrata (1899) y El Porvenir (1900) ambos en San Luis Potosí. En la capital de la República publicó El hijo del ahuizote (1902) y Regeneración (1912). En 1904 ya había publicado Regeneración en San Antonio Texas y San Luis Missouri. Participó en la creación del Partido Liberal Mexicano. Por sus ataques al régimen de Porfirio Díaz fue encarcelado en las tinajas de San Juan de Ulúa (1908), salió de ahí al triunfo de Madero aunque enfermo de tuberculosis. Fue miembro del Partido Progresista formado por Francisco I. Madero aunque criticó su régimen por considerarlo débil, más tarde al ser Diputado federal en la XXVI Legislatura pidió la renuncia de éste y de su gabinete. En 1915 escribió discursos para Pablo Gómez, después de salir del encarcelamiento que le impuso Victoriano Huerta. Murió en San Luis Potosí cuando era Senador por este Estado.
Filomeno Mata (1845-911)
Profesor. Periodista. Político. Nació en la hacienda de Carranco, hoy perteneciente al municipio de Villa de Reyes, S.L.P. Murió en Veracruz, Ver. Apoyó a Porfirio Díaz con artículos antijuaristas. En 1876 Porfirio Díaz lo designó director del Diario Oficial de la Federación y de la imprenta del gobierno. En 1881 fundó el Diario del Hogar, medio por el que criticó las reelecciones de Díaz lo que le provocó el encarcelamiento en varias ocasiones. En 1891 fundó el grupo liberal reformista y participó en el primer Congreso Liberal celebrado en San Luis Potosí. La primera campaña de alfabetización auspiciada por el gobierno federal mediante la Secretaría de Instrucción Pública tuvo como eje central el silabario (10 mil ejemplares) escrito por Filomeno Mata. En 1910 apoyó la candidatura de Madero por lo que fue encarcelado, desde ahí siguió apoyándolo. Murió en Veracruz cuando se desempeñaba en una comisión de la Secretaría de Gobernación.
Pedro Antonio de los Santos (1187-1913)
Abogado. Político. Nació y murió en Tampamolón, S.L.P. Fue seguidor de Francisco I. Madero, llegando a participar como orador de éste en las campañas antirreeleccionistas. Se refugió en Estados Unidos huyendo del poder de Porfirio Díaz. En 1911 regresó al país y en 1912 fue Diputado federal. Fue aprehendido con Madero y Pino Suárez en la decena trágica pero más tarde fue liberado. Hizo campaña con los constitucionalistas contra Victoriano Huerta siendo capturado y fusilado por el ejército de éste.
Antonio Díaz Soto y Gama (1880-1967)
Abogado. Hizo sus estudios en el Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí (antecedente de la UASLP) en 1901. Fue cofundador del Club Liberal Ponciano Arriaga. De 1902 a 1904 estuvo exiliado en Estado Unidos dada su naturaleza antireeleccionista. Luego de la derrota de Porfirio Díaz fue Diputado federal (1912-1913) y con Juan Sarabia presentó un proyecto de Ley Agraria. Partiticpó en la Casa del Obrero Mundial. Fue antihuertista uniéndose al zapatismo contra el traidor Huerta. En 1915 fue delegado a la Convención de Aguascalientes. Se adhirió al Plan de Agua Prieta (1920), fundó el Partido Nacional Agrarista y volvió a ser Diputado federal en cuatro ocasiones. En 1923 acusó de fascista la rebelión encabezada por Adolfo de la Huerta y apoyó la candidatura de Calles a la Presidencia. Comulgó con las ideas de Tolstoi por lo que en 1920 las incorporó a sus teorías agraristas evolucionando hacia una especie de socialismo cristiano. Impartió cátedra en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Facultad de Derecho donde lo consideraban autoridad en la materia de Derecho Agrario. En 1960 escribió La revolución agraria del sur y Emiliano Zapata su caudillo.
Magdaleno Cedillo (1887-1917)
Revolucionario. Nació y murió cerca de Ciudad del Maíz, S.L.P. Conjuntamente con su familia se adhirió a la Revolución en 1911. Fue sucesivamente maderista, orozquista, huertista y convencionista. Murió a consecuencia de heridas que recibió en combate contra los carrancistas.
Saturnino Cedillo (1890-1938)
Revolucionario. Nació cerca de Ciudad del Maíz y murió en la sierra de San Luis Potosí en condiciones nunca aclaradas. Bajo las órdenes de su hermano Magdaleno se unió a la lucha revolucionaria en 1911. Al igual que su hermano fue orozquista, huertista y convencionista. Al triunfo del carrancismo operó por cuenta propia al frente de una gavilla que operaba en la huasteca potosina. En 1920 participó en la rebelión de Agua Prieta. Álvaro Obregón lo nombró jefe de operaciones en San Luis Potosí inciando un cacicazgo que sólo desapareció con su muerte. En 1923 se opuso a los delahuertistas y en 1926 combatió a los cristeros en varias ocasiones. Fue gobernador de San Luis Potosí de 1927 a 1931. Nombrado General de División en 1928. Secretario de Agricultura con el presidente Ortiz Rubio (1931) misma posición con Lázaro Cárdenas (1935-1937). Semanas después de la expropiación petrolera se levantó en armas contra el gobierno federal asesorado por militares extranjeros. Perseguido en la sierra murió por las fuerzas del general Miguel Henríquez Guzmán.
Gonzalo N. Santos (1896-1979)
Revolucionario. Nació en Villa Guerrero (hoy Tamuín), S.L.P. Murió en el Distrito Federal. Alcanzó el grado de General de División. Fue miembro fundador del Partido Nacional Revolucionario, también del Partido de la Revolución Mexicana y del Partido Revolucionario Institucional. Tuvo altos cargos en este partido, destaca el de Secretario general del Comité Ejecutivo Nacional. De 1924 a 1934 fue Diputado federal (cinco veces consecutivas); Senador de 1934 a 1940. De 1943 a 1949 fue Gobernador del estado de San Luis Potosí, lo que le permitió implantar un cacicazgo (principalmente en la huasteca potosina), este perdió fuerza durante el sexenio del presidente Adolfo López Mateos y terminó con el régimen de López Portillo al afectarle su latifundio El Gargaleote, el mayor de San Luis Potosí y uno de los de mayores dimensiones de la República. También fue embajador en Bélgica (1940) y director de Pesca de la Secretaría de Industria y Comercio. (1956-1961)
María Marcos Cedillo (1900-1933)
Nació en Ciudad del Maíz, S.L.P. En 1931 se hizo piloto aviador. Es una mujer histórica dado que es considerada como la primera mujer mexicana que se dedicó a pilotar aviones. Murió en un accidente aéreo.
Manuel José Othón (1858-1906)
Abogado, escritor y político. Nació y murió en San Luis Potosí. Estudió en el Instituto Científico y Literario (1881). Colaboró en distintas publicaciones potosinas y en la ciudad de México en El Mundo Ilustrado y la Revista Azul. Fue agente del Ministerio Público en distintas poblaciones del centro y norte del país. También fue Diputado federal. Destaca por su obra literaria: poesías, ensayos, cuanto, novela, obras de teatro, entre otros.
Francisco González Bocanegra (1824-1861)
Poeta. Nació en la ciudad de San Luis Potosí y murió en México, D.F. Autor del Himno Nacional Mexicano, entre otras obras poéticas. Su letra del Himno Nacional Mexicano fue la triunfadora entre 25 participantes, su triunfo se anunció el 3 de febrero de 1854. El Himno fue dedicado al entonces Presidente de la República Antonio López de Santa Anna. Con la música ganadora de Jaime Nunó se estrenó el 15 y 16 de septiembre de 1854 en el teatro Santa Anna de la ciudad de México. Por su participación política al término de la guerra de Tres Años se ocultó para eludir la justicia de los liberales. Murió de tifo el 11 de abril en una casa ubicada en las calles de Tacuba e Isabel la Católica.
Julián Carrillo Trujillo (1875-1965)
Científico musical. Estudió música en las ciudades de San Luis Potosí, México y Leipzig. Volvió a México en 1905. En 1913 fue designado director del Conservatorio Nacional, siendo en este cargo el primer director que permitió a los alumnos escoger a sus profesores. Su intensa pasión y estudio por la música, la física y matemáticas, y su gran talento, le permitió descubrir el sonido trece, del cual elaboró una teoría que pudo comprobar construyendo instrumentos que le permitieron ejecutar este sonido que va más allá de los 13 sonidos (hasta entonces clásicos) de la escala musical. En 1942 hizo la música coral que acompaña la aparición de la virgen de Guadalupe en la cinta La Virgen Morena de Gabriel Soria, con lo que introdujo el microtonalismo en el cine. Figuran varias obras en las que hace uso del sonido derivado de su teoría.
Jesús Silva Herzog (1892-1985)
Economista, sociólogo, historiador y maestro universitario. Hizo sus primeros estudios en su ciudad natal (San Luis Potosí). En 1912, se trasladó a los Estados Unidos en donde realizó estudios de economía, años más tarde volvió a su ciudad y allí colaboró con el general Eulalio Gutiérrez y concurrió en su carácter de periodista a la Convención de Aguascalientes. En 1920, se traslada a la ciudad de México y estudia en la Universidad Nacional, al mismo tiempo que participa como docente en la Escuela Nacional de Maestros. En 1928, organizó el Instituto Mexicano de Investigaciones Económicas, llegando a ser director de la Facultad de Economía (1940 a 1942). Participó asimismo en la creación del Fondo de Cultura Económica de la Universidad Nacional, ministro plenipotenciario en la URSS (1928-1930); y fundador de la revista Cuadernos Americanos, además miembro de la Academia de la Lengua y del Colegio Nacional. Muere el 13 de marzo de 1985.
Antonio Castro Leal (1896-1981)
Doctor en Derecho. Nació en San Luis Potosí S.L.P. , murió el 9 de enero. Licenciado y doctor en derecho por la Universidad Nacional, y doctor en filosofía por la Universidad de Georgestown de Washington, Fue profesor de literatura en las escuelas de Altos Estudios y Nacional Preparatoria, de la misma materia en la Facultad de Filosofía y Letras, y de derecho internacional público en la de Jurisprudencia; rector de la Universidad Nacional de México (1928-1929), bajo cuya gestión se creó la Sección de Economía (actual Escuela Nacional) de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales; director de Bellas Artes (1934, año en que Se inauguró el Palacio de BeIlas Artes); jefe de Supervisión Cinematográfica de la Secretaría de Gobernación y presidente de la Comisión Nacional de Cinematografía (1945-1949); embajador ante la UNESCO (1949-1952) y miembro del consejo directivo de esta organización (1949-1954), en cuyo carácter consiguió que se fundara en Pátzcuaro, Mich., el Centro de Educación Fundamental de Adultos para la América Latina (Crefal) y que el español aparte del inglés y el francés, fuera declarado idioma de trabajo: presidente de la Comisión de Monumentos y Sitios Arqueológicos de la UNESCO (1950-1952) y de la Sociedad de Críticos de Arte, correspondiente de la de París (1952-1955); coordinador de Humanidades de la UNAM (1952-1954); diputado al Congreso do la Unión (1958-1961); director de Cursos Temporales de la UNAM y de los Cursos de Extensión Universitaria en San Antonio, Texas (1955-1963); miembro del servicio diplomático, y director en español de la Enciclopedia Barsa y de la Colección de Escritores Mexicanos de la Editorial Porrúa (91 volúmenes publicados, de los cuales prologó 34). Fue miembro del Seminario de Cultura Mexicana, de la Academia de la Lengua y de El Colegio Nacional desde el 9 de agosto de 1948.
Joaquín Meade Sáinz-Trápaga (1896-1971)
Historiador. Nació en San Luis Potosí, S.L.P. Murió en México, D.F.
Realizó estudios de Derecho y Arquitectura en la Universidad de Oxford (1915-1917). Fue profesor de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (1918-1920). Autor de diversos estudios sobre historia de San Luis Potosí y de la región huasteca (incluido Veracruz) de 1940 a 1971. Editó numerosos documentos del Archivo General de la Nación sobre la Huasteca. Perteneció a las sociedades mexicanas de Geografía y Estadística y de Antropología e Historia, así como a las academias Mexicana de la Historia, Potosina de Ciencias y Artes y a la Academy of American Franciscan History. En 1926 fue hecho camarero honorable de capa y espada por el papa Pío XII.
EL SEÑOR DE LAS PALOMAS
Según la leyenda, Don José acudía dos veces diarias al centro para alimentar a las palomas, a las cuales dedicó una gran parte de su vida, a su cuidado y protección. Estas aves al verlo volaban hacia él, comían directo de su mano y se posaban en sus hombros.
Cuentan que era un verdadero espectáculo verlo llegar a la Plaza de Armas donde lo esperaban ya las palomas, que desde los cuatro puntos cardinales volaban hasta él, que las alimentaba en su propia mano dos veces al día los 365 del año, salvo aquéllos en los que alguna enfermedad no le permitiera salir de su casa.
Hijas y nietos del Señor de las Palomas, relataron que hay toda una tierna historia alrededor de su vocación colombófila, porque en cuanto se jubiló, a finales de los sesenta, comenzó a ocupar parte de su tiempo libre en llevarles migajas de pan a las palomas; el asunto es que las llegó a sentir como propias, ¿o serían las palomas las que se apropiaron de él?.
Narraron que en una ocasión, el Ayuntamiento ordenó el exterminio de palomas con el pretexto de que éstas dañaban mucho la cantera, fue tal el disgusto de don José que cayó enfermo, pero en cuanto pudo ponerse de pie denunció los hechos en los periódicos y no se hicieron esperar las muestras de solidaridad que le hicieron patentes algunas personas.
Mencionaron que la pintora Tere Caballero comenzó a pintar carteles alusivos a la matanza de palomas mientras que las voces de reclamo fueron creciendo y el Ayuntamiento para acallarlas mandó llamar a don José, a quien le asignaron una raquítica partida de dinero para que comprara maíz y siguiera alimentando las palomas, cosa que hizo fielmente hasta sus últimos días.
Además, datos de la Dirección de Cultura Municipal refieren que cuando don José Moreno dejó de ir a la plaza, las palomas emprendían vuelo todos los días más o menos a la hora en que él acostumbraba llegar y lo buscaban en su propia casa, o donde se encontrara.
El Señor de las Palomas falleció el 28 de junio de 1987 a la edad de 89 años, a consecuencia de insuficiencia renal crónica, siendo sepultado en el Cementerio del Saucito, dejando un recuerdo imborrable, cuya imagen de generosidad y amor, es patrimonio de los potosinos.
JUAN DEL JARRO.
Era un pordiosero del que se decía odiaba el baño, el mes
de julio y las riquezas. Por eso, aunque le dieran mucha limosna andaba siempre
pobre, por eso se escondía de toda lluvia bajo cualquier techo y tenía las
costras de mugre pegadas a la piel y esparcidas por la ropa y los cabellos. Se
llamaba Juan, la gente lo apellidaba del Jarro, no por ser un borrachín de
banqueta sino porque sus únicas pertenencias, que siempre traía a cuestas, eran
un sombrero, una estera y un jarro de terracota.
Como con la mayoría de los pordioseros, nadie en aquel
San Luis Potosí de mediados del siglo 19 sabía de dónde había llegado Juan del
Jarro, quien parecía haber estado desde siempre dormitando en una banqueta,
haciendo trabajillos en el mercado o pidiendo limosna fuera de los templos para
resolver el hambre del día. Se dice que habitaba el interior de un horno
abandonado.
Juan tenía dos características que lo diferenciaban de
cualquier pordiosero. La primera es que era un hombre piadoso que repartía sus
ganancias diarias con otros menesterosos. Solía ser él quien más miraba por los
ancianos desamparados, especialmente los ciegos y los locos. En aquella
sociedad del bajío mexicano, los gestos de grandeza se ligaban a las batallas
políticas y militares entre liberales y conservadores. El bajío mexicano había
sido el granero de la Nueva España, la región próspera, rica, que se había
llenado de ganado y de cultivos. Pero eso había sido el siglo anterior, la
potosina era una sociedad dividida por la política que reinó tras la
independencia.
Además, San Luis Potosí, por estar en la frontera norte
del bajío, era una ciudad amenazada por las bandas de gavilleros que se
refugiaban en las montañas cercanas al desierto. Un pobre compartiendo riqueza
no era Juan de todos los días.
La otra característica que hacía especial a Juan era su
afección por los dichos y las frases llenas de sentido común, ésas que los
viejos sintetizan para los jóvenes y los niños. Juan solía tener un refrán en
la punta de la lengua, según la ocasión. Tenía una paradoja en la chistera para
cuanta sorpresa depararan los días. Esa astucia cotidiana hizo que Juan
adquiriera fama de listo que contrastaba con su fama de loco, quien, quitándose
prejuicios de clase, compartía con él charla y mesa, hallaba un conversador
ameno que parecía tener la vuelta de tuerca a toda experiencia humana. ¿Por qué
un hombre dotado mentalmente era pordiosero? Porque odiaba el baño, el mes de
julio y las riquezas.
La fama de Juan del Jarro se solidificó con los años: era
un loco iluminado, era un listo muy loco, lo cierto es que era amigo de todos y
aceptaba convites a mesas suntuosas igual que a cocinas humildes. Juan se daba
a querer. La gente lo quiso. Su fama pronto tomó un tinte sobrenatural. Se
decía que era adivino. Mucha gente lo creyó (y lo cree), muchos otros hablaron
y hablan de charlatanería.
Se cuenta que una señorita de casa decente quiso hacer
mofa de Juan cuando lo vio pasar por la plaza central. La dama en cuestión
estaba convencida de que Juan del Jarro no era más que un charlatán que
embaucaba incrédulos para enriquecerse. Al verlo pasar le dijo:
“Dime, adivinador, ¿cómo se llamará el que ha de ser mi
esposo?”
“Te casarás, pero no con el padre del niño que llevas en
el vientre” –contestó el pordiosero.
Poco después la señorita decente abandonó la ciudad
porque la familia descubrió que Juan tenía razón. La leyenda creció, se decía
que Juan podía saber el futuro porque lo escuchaba en su jarro de terracota.
El día que Juan murió, San Luis Potosí rindió un homenaje
fastuoso al más pobre de sus ilustres.
EL
AGUADOR
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